Jenny Paola Varela Cárdenas, Karen Lorena Lucuara, Dayan Marcela Aguilera Suárez y Cristian Yesid Novoa Morera

EL ARTE PROCESUAL  COMO RECONOCIMIENTO NATURAL DEL SER: Una propuesta para trabajar el auto-concepto desde la experiencia y la expresión artísticas enmarcadas en el arte de la tierra.

Curso Transición

Docente Titular: Olga López

Este proyecto pretende Generar espacios pedagógicos que favorezcan la estructuración de un auto-concepto positivo a través del reconocimiento de sí mismo y del otro como parte de un todo natural y social por medio de la exploración y expresión artísticas enmarcadas en el Arte de la Tierra.

Al posibilitar en los niños y las niñas, experiencias sensibles y significativas que logren modificar su sentir desde la transformación de pequeñas superficies en su  entorno físico y natural,  nos remitimos al movimiento artístico del Arte de La Tierra, el cual nos brinda la posibilidad de tomar consciencia sobre nuestro ser natural de trascendental belleza. Esta corriente artística otorga un gran significado a la experiencia desde lo procesual, más que a los resultados finales. En nuestro caso, los niños y las niñas no sólo realizaron intervenciones con el fin de transformar su espacio, sino que el trabajo realizado promovió el reconocimiento de estructuras internas de su ser.


Por tanto, no se pretendió llevar a cabo obras monumentales de transformación directa del paisaje natural o urbano, pero sí generar modificaciones en pequeñas superficies y materiales, que redunden en otras modificaciones de estructuras internas del ser, por ser experiencias que se inscriben en la memoria de los sujetos más que en la memoria de los lugares.

 Comenzando la exploración multisensorial

Reconociendo sensorialmente diferentes elementos naturales para luego

trabajar estéticamente con ellos.

Una experiencia en el compartir.

Resultado del trabajo estético.

Teniendo en cuenta la perspectiva del auto-concepto, la definición precisa sobre la que trabajamos corresponde a la definida por Shavelson como “la percepción que cada uno tiene de sí  mismo, que se forma a partir de las experiencias y las relaciones con el entorno, en las que las personas significativas desempeñan un papel importante.”^[1] A partir de esta definición podemos desentrañar algunos rasgos propios del autoconcepto:

ü  No nacemos con un autoconcepto determinado. Es a partir de las experiencias de vida y las interacciones con los otros que lo vamos estructurando.

ü  Construimos nuestro autoconcepto a partir de lo que dicen de nosotros los demás.

ü  Son la familia y la escuela las que lo constituyen y es allí donde se encuentra el germen del autoconcepto.     

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[1] Citado en: “El Autoconcepto en el aula”, GARMA, Ana María y ELEXPURU, Itziar, Editorial Edebé, Página 23.

LA PROPUESTA DIDÁCTICA DESDE LA QUE SE TRABAJÓ GIRÓ EN TORNO A CUATRO ELEMENTOS: FUEGO, AGUA, AIRE.  Y TIERRA

FUEGO

LA LLAMA DE MI FUTURO

En esta actividad se buscó motivar en los niños y las niñas el reconocimiento e identificación con sus ideales o sueños para el futuro  y  resaltar el valor que tienen los sueños de los niños y las niñas para sí mismos y para la sociedad.

Plasmando sus sueños.

 

 (dibujando con carbón)

Iluminando sus sueños y compartiéndolos con los compañeros al rededor de la llama. 

Reflexionando con los niños sobre la importancia de sus sueños.

Ejercicio de sombras, compartiendo con los compañeros
sus experiencias sobre el fuego.

AGUA

Se motiva a los niños y las niñas a pensar sobre la importancia del agua para su contexto y para la vida.

Niños y niñas viendo el cortometraje de Abuela Grillo.

Cortometraje completo.

Exploración multisensorial de los diferentes estados del agua.

Composiciones estéticas con fommy reciclado sobre el agua.

 AIRE

Reconociendo las capacidades físicas de cada niño y niña desde la exploración de formas de expresión corporal y artística producto de sus movimientos al imitar el viento.

La respiración como herramienta de expresión y trabajo estético en el aula.

TIERRA

Elementos de la naturaleza en el descubrimiento estético y el reconocimiento de nosotros mismos; una experiencia significativa en su proceso.

Intervención del espacio escolar (parque) en la construcción de obras que representan los intereses y gustos particulares de los niños y las niñas.

Tuvimos en nuestras manos el poder de crear obras significativas y novedosas que trastocaron la realidad escolar, precisamente por llevarse a cabo con elementos sencillos y cotidianos que no para muchas personas resultan ser generadores de experiencias estéticas. Fuimos arriesgados (en ocasiones, tal vez  demasiado) pero logramos que los niños y niñas se implicaran de lleno en las actividades y disfrutaran de lo que se hacía.

Para nadie es un secreto que el ingreso en la escuela enriquece el universo de socialización de los niños y las niñas, pues genera conflictos, descontextualizaciones y recontextualizaciones,  facilita la interacción con pares, la conciencia de la existencia del otro, el manejo de las diferencias, la identificación a ciertos grupos y el desligue de otros, la comparación entre iguales, la creación de lazos afectivos que no están dados de por sí, etcétera; y es por estas y muchas otras razones que el trabajo con el autoconcepto de los niños y niñas resulta de vital importancia cuando ellos y ellas ingresan al “sistema”, como una forma de reconocer sus particularidades y necesidades, de garantizar sus derechos y de evitar futuras situaciones de vulnerabilidad en las que este tipo de trabajos tendrían un corte más remedial. Se trata entonces de dotar a los niños y niñas de todas las estrategias de uso posibles para que logren desarrollar el activo que representan ellos mismos.

PEQUEÑO RECORRIDO SOBRE LA EXPERIENCIA